Alan Turing, matemático brillante, informático teórico y criptoanalista, muy aficionado a los números, a los crucigramas y a los rompecabezas desde niño. Nació el 23 de junio de 1912 en Londres, compartió niñez con su hermano mayor John, crecieron marcados por la ausencia de sus padres y una severa educación. Su padre trabajó en el Servicio Civil de la India, permaneciendo allí junto a su madre hasta su jubilación en 1926.
A temprana edad ya mostraba signos de alta inteligencia, ¡aprendió a leer por sí solo en tres semanas! Sus compañeros de colegio le llamaban “Mr. Brain” (Sr. Cerebro). Interesado siempre en matemáticas y ciencias, esta pasión ya fue demostrada en sus precoces experimentos de química. Manifestó también verdadero interés por el deporte, aficionándose a correr y llegando incluso a competir en maratones con muy buenos resultados.
Turing se matriculó en Cambridge, concretamente en Kings College, estudiando allí hasta 1934. En Kings College sintió estar en su ambiente
Fue un muchacho tímido, debido en gran parte a un leve tartamudeo, pero con gran sentido del humor. Su primer amor apareció cuándo en la escuela conoció a Christopher Morcom, un amor secreto, jamás revelado al fallecer el mismo de tuberculosis en 1930. Este hecho provocó un gran impacto en la vida de Turing, destruyendo su fe religiosa y afectando considerablemente a su forma de pensar.
En 1931, Turing se matriculó en Cambridge, concretamente en Kings College, estudiando allí hasta 1934. En Kings College sintió estar en su ambiente, cómodo, confiado… tanto que reconoció su homosexualidad con la cautela que exigía su ilegalidad en Gran Bretaña. Tras graduarse fue elegido miembro e impartió clases.
Marcando estándares en Inteligencia Artificial
Turing creó el primer ordenador de la historia, el primer programa de ajedrez, la llamada máquina de Turing, elaboró el test de Turing que pone a prueba los limites que puede alcanzar la inteligencia artificial, convirtiéndose además en todo un referente de la informática, la cibernética, la lógica y las matemáticas. Consolidador formal del concepto del algoritmo, base del funcionamiento de todos los ordenadores actuales.
En 1939 Alemania invadió Polonia, dando comienzo a la guerra más devastadora que ha conocido la humanidad, ofreciéndole un insospechado marco de aplicación práctica de sus teorías. En ese momento, Turing estaba trabajando para el Servicio de Inteligencia británico, su tarea estuvo centrada en descifrar los mensajes secretos que Alemania utilizaba para sus comunicaciones militares, llamado Enigma. A pesar de las dificultades, Turing fue capaz de descubrir la configuración de Enigma diseñando su propia máquina para contrarrestarla, llamada “bomba”. Contribuyó así, de manera significativa, a conseguir el fin de la II Guerra Mundial, salvando millones de vidas y acortándola dos años, ¡su mayor logro fue “vencer” a Hitler!
Aceptó su condición sexual a pesar del contexto de su época
Convertido en héroe internacional demostró al gobierno británico que era un genio. Había alcanzado la gloria, algo que se vio truncada en 1952 cuándo su amante Arnold Murray con ayuda de un cómplice entró a robar en su casa. Turing lo denunció y durante la declaración ¡llegó a confesar su homosexualidad! ilegal en esos momentos, pues no llegó a legalizarse en Reino Unido hasta 1967. Convencido de qué no tenia de qué disculparse, no se defendió de los cargos y fue condenado por indecencia grave y perversión sexual.
Evitó ingresar en prisión sometiéndose a un tratamiento hormonal de castración química, esta fue la medicación para “curar” su homosexualidad impuesta por un juez y este tratamiento afectó gravemente su salud, produciéndole severos efectos secundarios, como aparición de pechos y obesidad. Siempre defendiendo sus ideas y sumido en una horrible depresión, no pudo aguantar más la coacción a la que estaba sometido y el impacto emocional fue tal que decidió poner fin a su lucha dos años más tarde. En 1954, con 41 años, encontraron su cuerpo sin vida y junto a él una manzana mordida, él mismo inyectó cianuro en la manzana y al primer mordisco lo trago y murió, terminó suicidándose a lo que después denominaron “estilo Blancanieves”.
¿»Perdón» Real? No, gracias.
En 2013, la reina Isabel II otorgó a Turing un raro perdón real ¡60 años después de su suicidio! ¿Qué hizo mal nuestro genio para tener que ser perdonado? Turing es un ejemplo de todas las aberrantes ideas de la época en la que vivió. En 2016, el gobierno británico anunció la “Ley de Turing” ofreciéndole así el perdón a más de 50.000 hombres que fueron victimas de estas prácticas medievales por su orientación sexual. Steve Jobs (fundador de Apple) era muy fan de Turing y en 1977 decidió homenajearlo poniendo como símbolo de Apple una manzana mordida con los colores de la bandera arcoiris.
Turing y su manzana mordida abrieron una página en la Historia difícil de borrar.
Deja una respuesta